Grupo

2022-09-17 14:12:43 By : Mr. Johann Yu

Uno de los elementos de más importancia en el funcionamiento de tu coche y que, según su estado, podrían comprometer tanto el confort como la seguridad, es la suspensión. Y es que ésta se encarga de absorber las irregularidades del firme y de asegurarse de que las ruedas estén siempre en contacto con el suelo. Su vida media ronda los 60.000 km, aunque es altamente recomendable revisarla cada 20.000. Posiblemente te vayas de vacaciones y quieras saber cómo está: desde Autofácil.es te damos cinco claves con las que sabrás si necesita una reparación. Desgaste anormal de los neumáticos Fíjate habitualmente en el desgaste de la banda de rodadura de los neumáticos. Si el problema es de una presión incorrecta, los neumáticos estarán desgastados por los extremos o por el centro, pero un desgaste irregular podría evidenciar un problema con la suspensión. Esto se debería a un brazo doblado, un cojinete en mal estado o unos amortiguadores desgastados: normalmente el problema de descubre con una simple inspección visual. El vehículo hace extraños al coger las curvas Si el coche no va bien en curva, obliga a hacer correcciones con la dirección en frenadas fuertes o se inclina más de la cuenta, lo normal es que la suspensión esté para cambiarla debido a un desgaste excesivo de los amortiguadores. La sensación principal es la de que el coche va ´desconectado´ de la carretera, algo que incluso podría suceder en firmes bacheados por pérdida de adherencia. De hecho, un volantazo podría desestabilizarlo por completo. Rebotes en exceso Un rebote excesivo, independientemente de la dureza de la suspensión, nunca es una buena señal. Los amortiguadores pueden desgastarse prematuramente si sueles pasar por badenes o zonas con el asfalto en mal estado. Para comprobarlos, empuja la carrocería de tu coche hacia abajo y fíjate en que vuelva a su posición original sin rebotar: si no lo hace, los amortiguadores estarán para cambiarlos. Ruidos extraños Si al pasar por un bache o un resalto escuchas ruidos extraños, uno de los problemas más habituales es una avería en la suspensión debido a unos cojinetes en mal estado. Al ser elementos gomosos, si están gastados o rotos el sonido que escucharás al pasar por, por ejemplo, un badén, será metálico. En cualquier caso, es recomendable determinar un fallo concreto en el mecánico. El coche está desnivelado Si tu vehículo está inclinado hacia un lado o más hundido por delante que por detrás puede que exista una fuga en uno de los amortiguadores o en las esferas -en el caso de coches con suspensión hidroneumática-. No obstante, existen casos extremos en los que uno de los brazos de la suspensión podría haberse doblado o partido: el coche estaría completamente hundido o presentaría un ángulo extraño en una de las ruedas. Circular en ese estado es muy peligroso.

Uno de los elementos de más importancia en el funcionamiento de tu coche y que, según su estado, podrían comprometer tanto el confort como la seguridad, es la suspensión. Y es que ésta se encarga de absorber las irregularidades del firme y de asegurarse de que las ruedas estén siempre en contacto con el suelo. Su vida media ronda los 60.000 km, aunque es altamente recomendable revisarla cada 20.000. Posiblemente te vayas de vacaciones y quieras saber cómo está: desde Autofácil.es te damos cinco claves con las que sabrás si necesita una reparación.

Fíjate habitualmente en el desgaste de la banda de rodadura de los neumáticos. Si el problema es de una presión incorrecta, los neumáticos estarán desgastados por los extremos o por el centro, pero un desgaste irregular podría evidenciar un problema con la suspensión. Esto se debería a un brazo doblado, un cojinete en mal estado o unos amortiguadores desgastados: normalmente el problema de descubre con una simple inspección visual.

Si el coche no va bien en curva, obliga a hacer correcciones con la dirección en frenadas fuertes o se inclina más de la cuenta, lo normal es que la suspensión esté para cambiarla debido a un desgaste excesivo de los amortiguadores. La sensación principal es la de que el coche va ´desconectado´ de la carretera, algo que incluso podría suceder en firmes bacheados por pérdida de adherencia. De hecho, un volantazo podría desestabilizarlo por completo.

Un rebote excesivo, independientemente de la dureza de la suspensión, nunca es una buena señal. Los amortiguadores pueden desgastarse prematuramente si sueles pasar por badenes o zonas con el asfalto en mal estado. Para comprobarlos, empuja la carrocería de tu coche hacia abajo y fíjate en que vuelva a su posición original sin rebotar: si no lo hace, los amortiguadores estarán para cambiarlos.

Si al pasar por un bache o un resalto escuchas ruidos extraños, uno de los problemas más habituales es una avería en la suspensión debido a unos cojinetes en mal estado. Al ser elementos gomosos, si están gastados o rotos el sonido que escucharás al pasar por, por ejemplo, un badén, será metálico. En cualquier caso, es recomendable determinar un fallo concreto en el mecánico.

Si tu vehículo está inclinado hacia un lado o más hundido por delante que por detrás puede que exista una fuga en uno de los amortiguadores o en las esferas -en el caso de coches con suspensión hidroneumática-. No obstante, existen casos extremos en los que uno de los brazos de la suspensión podría haberse doblado o partido: el coche estaría completamente hundido o presentaría un ángulo extraño en una de las ruedas. Circular en ese estado es muy peligroso.