Motor de vehículo. (Foto de Daniel @bestjumpstarterreview.com en Unsplash)

Una de las grandes preocupaciones que suscita la avería de un vehículo es el coste de las piezas necesarias para repararlo, de forma que a veces, el contratiempo es solventado por un mecánico de forma simple, pero otras hay que hacer un importante desembolso económico para adquirir piezas que sustituyan a las estropeadas, no obstante, existen alternativas económicas como las que ofrecen los desguaces de coches.

La propia adquisición de un vehículo, sea nuevo, de ocasión o kilómetro cero, implica en sí misma, futuros riesgos de sufrir alguna avería o, simplemente, por el uso continuado y de manera periódica, la propia mecánica del coche necesitará reposiciones, arreglos y puestas a punto. En ese sentido, los propietarios se preocupan mucho sobre el desembolso económico que tienen que hacer cuando se dé alguno de estos casos. Por norma general, los clientes acuden al concesionario y a sus servicios mecánicos o, en su defecto, al profesional de confianza. Sin embargo, a la hora de adquirir según qué piezas, deberían plantearse la posibilidad de acudir a un desguace profesional, pues es muy factible encontrar las piezas que se necesitan por un precio mucho más asequible y con total garantía.

Por eso, la próxima vez que haya que sustituir algún elemento del vehículo, habrá que plantearse comprar piezas de desguace, pues es posible ahorrar la mitad o más del coste de fábrica de la pieza. Para ello, lo más conveniente es acudir a empresas de garantía y, desde luego, hay muchos desguaces que ofrecen ese aval.

Debemos pensar que a un desguace llegan coches casi a diario, algunos porque han terminado su vida útil, otros porque han sufrido accidentes o simplemente porque el propietario ha decidido vender su vehículo por piezas. En cualquier caso, la gama de productos es amplia y variada, y según como llegue el vehículo, se podrá sacar más o menos provecho del mismo.

Normalmente, uno de los elementos que más se venden en los desguaces son los que tienen que ver con las piezas de seguridad de segunda mano. Razón de más para realizar la adquisición en una compañía de gran confianza y que ofrezca garantías, con facturas y referencias de las piezas, ya que son elementos del vehículo que deben contar con todas las certificaciones. 

Pero, sin lugar a dudas, las piezas más cotizadas de los desguaces son los motores. Por ejemplo, si se deben adquirir motores Iveco segunda mano es preciso saber que un desguace solvente comprobará que el producto esté en perfecto estado y lo pondrá a la venta sin que genere problemas. Es obvio que pagar por un motor nuevo de fábrica no bajará de los 3.000 a 6.000 euros, según marca y modelo, y en un desguace de calidad se podrá adquirir por mucho menos de lo que se pueda imaginar, oscilando sus precios entre los 500 y los 2.000 euros, aproximadamente de media, lo que supone un ahorro verdaderamente importante. 

Los principales servicios que ofrece un desguace son los relacionados con el tratamiento de piezas usadas que aún tienen vida útil y que se ponen a disposición de los clientes, sin embargo, también se encargan de realizar otros trámites. Así pues, si se precisa dar de baja vehiculo Asturias, a buen seguro habrá desguaces con total solvencia para realizar ese trámite sin más complicación para el usuario, pues será el propio desguace el que traslade el expediente a la DGT para que el vehículo quede absolutamente anulado. Además, estas empresas se comprometen a recoger y trasladar el vehículo hasta sus instalaciones, sin coste alguno para el usuario, por lo que ofrecen un servicio útil y cómodo. 

Para finalizar, es preciso destacar que, como en todos los sectores, hay empresas con más y menos solvencia. Sin embargo, en el gremio de desguaces existen factores que determinan las garantías que ofrece cada compañía, y son tales como que ofrezcan por escrito los medios de pago, que emitan las facturas oficiales de las piezas que se adquieren, así como que dispongan de las referencias de las piezas tal y como marca la normativa. Todas son señales de que ejercen su profesión de manera solvente y con total garantía.